La Doctrina Social de la Iglesia no es ajena a la realidad del trabajo, todo lo contrario, nació en el siglo XIX como el intento de la Iglesia por ponerse al día en una cuestión básica como era la cuestión obrera. Rerum Novarum fue la primera encíclica que se hacía cargo de esta cuestión y es por todos reconocido que suponía un avance importante respecto a la posición sesgada que la Iglesia había adoptado en favor de los empresarios y capitalistas. A partir de León XIII, se tenía presente la miseria en la que los obreros tenían que desarrollar su vida y se abogaba por una búsqueda de la justicia en las relaciones sociales, teniendo presente siempre el Bien Común. Esta y no otra debe ser la intención de la acción social y política: la búsqueda del Bien Común, porque de no ser así nos vemos ante situaciones de injusticia que llevarán a muchos al sufrimiento y de ahí a la violencia a muy poca distancia.
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